31 març La Sagrera. La recerca d’un barri relegat

“Conservar i transformar. Difícil combinació i més en arquitectura i usos
públics. Una tasca, però, que el Xavier Basiana porta molts anys fent. Fotògraf,
arquitecte, gestor cultural… La seva mirada a través de l’òptica i els plànols
conformen la història d’un barri, el de la Sagrera, oblidat per les administracions
durant molts anys però amb identitat pròpia, malgrat l’ombra que sempre li ha
projectat Sant Andreu.

Fa 50 anys que el manresà Xavier Basiana va descobrir a La Sagrera que aquell
era el seu barri. Amb 17 anys va carregar la seva càmera amb un rodet i des de
llavors no ha parat de fotografiar els carrers.Uns carrers cambiants que per la
seva perseverança i visió de futur són ara més habitables…”

Varias horas de conversación con este arquitecto, fotógrafo y emprendedor me han
revelado la personalidad de un hombre inquieto, inconformista, muy unido a su barrio.
A través de sus palabras, sus gestos, de la explicación de sus proyectos he podido
descubrir la evolución de un vecindario. Unos años 70 y 80 de transformación, en los que las calles empezaron a urbanizarse, modificaron su trazado, dejaron su aire de pueblo para convertirse en parte de una
Barcelona en ebullición. Años en los que la gente que vivía en esta zona aún decía
“Me voy a Barcelona” para ir a la Plaça Catalunya; La Sagrera estaba partida en dos
porque la Meridiana obstaculizaba el fluir de los vecinos, y el Pont del Treball,
ocupado por el colectivo gitano de La Perona, comunicaba el barrio con la vecina
Verneda; las familias iban a comprar leche a las vaquerías y llevaban periódicos,
botellas y chapas al trapero; las plazas eran de tierra y las calles de adoquines, y el
sereno pasaba días antes de Navidad a recoger su aguinaldo.
Como dice Basiana, los vecinos quizás pecaron de conformismo, no supieron “sacar
más las uñas” a las administraciones para exigir equipamientos, mejoras…, que sí se
hicieron en otras zonas de la ciudad gracias a la transformación de los Juegos
Olímpicos.
Pero el barrio no estaba quieto, personas ambiciosas como Basiana, la asociación de
vecinos… intentaron rescatarlo del olvido. Un parque, un polideportivo, la
remodelación de plazas…
La iniciativa privada, en este caso, ha ido por delante de la pública. Grandes
proyectos, como la estación del AVE de La Sagrera, deberían ayudar a curar esa
herida que tenemos los “sagrerencs”. Una ilusión que sigue siendo “futurible”, aún con
fecha incierta…
“Queda mucho por hacer”, dice Basiana. De aquí a diez años espera que esa
decepción vecinal sea historia. Imagina un gran parque verde conquistado a las vías
del tren; equipamientos culturales -rescatados hoy por la sociedad civil- consolidados
y municipales; una Meridiana más humana, con menos coches; un Centro de Atención
Primaria digno y una masía histórica, ahora abandonada, como la Torre del Fang, al
servicio de los vecinos.
Recuperar la historia y conseguir un barrio limpio y sin obras. Sin ruido.

Fuentes:
Fundació Xavier Basiana
Centre de Documentació de La Sagrera
Tot Sagrera
La Sagrerina
Grup Facebook La Sagrera Abans
La Nau Bostik 
Associació de Veïns de La Sagrera

Domènech Gallinat, Olga
La Sagrera. Barcelona, 2021

No t'ho guardis per a tu sol!


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